Emprender a partir de los 50, o como se conoce, ser un silverpreneur, viene con una ventaja inmensa: años de experiencia y una red de contactos sólida. Sin embargo, también trae consigo una preocupación que a menudo paraliza: el miedo a perder los ahorros de la jubilación.
Es una preocupación absolutamente válida. A diferencia de un emprendedor veinteañero, usted no tiene 40 años para recuperarse de un fracaso financiero. El tiempo es su recurso más escaso, y la cuenta de ahorros que tanto costó construir es su red de seguridad para el futuro. El riesgo financiero se siente, por lo tanto, exponencialmente más grande.
La principal duda es: «¿Qué pasa si esto no funciona y tengo que volver a empezar desde cero?»
Este miedo es el que a menudo mantiene a grandes ideas en el cajón.
Aplica la estrategia de mitigación
Para superar este obstáculo, la clave no es evitar el riesgo por completo, sino gestionar el riesgo de forma inteligente y quirúrgica:
- Valida con una inversión mínima: Empieza con un proyecto piloto que requiera la mínima inversión posible (el famoso lean startup). Usa tus habilidades para generar ingresos iniciales, en lugar de depender de grandes gastos de capital.
- Trabaja con un capital asignado (El «Fondo de Riesgo»): Asigna solo una pequeña porción de tus ahorros al emprendimiento, una cantidad que tú y tu familia estén cómodos perdiendo. El resto de tu fondo de jubilación debe permanecer intocable en inversiones seguras.
- No quemes los puentes laborales: Considera empezar a tiempo parcial, si es posible, o como consultor mientras tu negocio despega. Esto garantiza que sigas teniendo un ingreso base.
Emprender después de los 50 es sobre la calidad, no la cantidad del riesgo. Tu experiencia te permite tomar decisiones más informadas, minimizando la posibilidad de una pérdida catastrófica. ¡No dejes que el miedo al peor escenario te robe la oportunidad de construir tu legado!
Rédigo Pernía
